El partido socialista ha ganado las elecciones y lo ha hecho con 5 escaños más de los que tenía hasta ahora. El PP, por su lado, obtiene mejores resultados que en el 2004, puesto que ahora tiene también 6 escaños más que entonces. Sin embargo, Mariano Rajoy ha perdido las elecciones porque de poco le sirve reducir la distancia con respecto a los socialistas si éstos se encuentran ahora en mejores condiciones de conformar una mayoría de las que ha tenido durante los últimos cuatro años.

En Extremadura, la distribución de escaños no ha variado con respecto a las anteriores elecciones: 5 escaños para cada uno de los grandes partidos. Desnivelar esta balanza, desde que Extremadura pasó, en el 2004, de 11 a 10 representantes en el Congreso, es muy difícil, puesto que supondría casi un descalabro de uno u otro partido. El PSOE ha ganado las elecciones al PP en Extremadura por alrededor de 70.000 votos de diferencia, 10.000 más que hace cuatro años.

¿Los resultados electorales son buenos para Extremadura? La respuesta es que son mejores que los que había antes de la jornada de ayer: que el partido ganador tenga una base mayor es un factor positivo para la región. La ecuación de los intereses extremeños en relación al Gobierno de la nación es sencilla: mejor cuanto más fuerte; mejor cuanto menos necesite apoyos nacionalistas. Precisamente uno de los peligros que corría Extremadura en esta campaña es que los resultados configuraran mayorías incluso más débiles que las habidas hasta ahora: el empate técnico entre los dos grandes partidos en torno a los 160 escaños ha sido una preocupante hipótesis manejada por varias encuestas.

Zapatero, a diferencia de Rajoy, ha hecho compromisos concretos hacia los extremeños. En entrevista con este periódico aseguró que renovaría el Plan Extremadura. Y Fernández Vara espera que el su gobierno contribuya con más de 6.000 millones de euros en la financiación del plan de infraestructuras previsto para el 2013. Ya se le puede tomar la palabra.