Pese a los malos datos del paro y del déficit y a sus propias previsiones de futuro, que empeoran, el Gobierno no se cuestiona su política económica de austeridad. El ministro de Economía se aferró ayer al empeoramiento de la coyuntura internacional para explicar el fracaso de las proyecciones que él mismo había hecho hace unos meses y subrayó que de no haber aplicado esas medidas hoy el país estaría peor. La mejora de las exportaciones y de la competitividad, la evolución positiva de la balanza de pagos y la caída de la prima de riesgo son los índices de la futura recuperación, aunque el Gobierno no sabe cuándo esos síntomas podrán reflejarse en la economía real.

El nuevo escenario macroeconómico que Madrid enviará a Bruselas sitúa la tasa de paro de este año en el 27,1% y la del 2016 en el 24,8%. O sea, la creación de empleo vuelve a alejarse. Si antes se hablaba del 2014, ahora se plantea que será un año más tarde. Después de sobrepasar los seis millones de parados, el plan de empleo anunciado ayer por la vicepresidenta consiste básicamente en un análisis "independiente" de los resultados de la reforma laboral puesta en marcha hace un año por el Gobierno. Es difícil encontrar una forma más clara de exponer que combatir el desempleo no es el primer objetivo de la política económica española.

La expectativa creada en torno al paquete de reformas que ayer aprobó el Consejo de Ministros se vio defraudada por el enunciado de una relación de cambios legales cuyo contenido no se especificó en la mayoría de los casos, destinados básicamente a cumplir con las condiciones exigidas por Bruselas para autorizar el aplazamiento del objetivo de déficit público del 3% dos años, hasta el 2016. De hecho, la confirmación de esa prórroga y la nueva previsión de caída del PIB este año --1,3% en lugar del 0,5% anterior-- fueron casi las únicas novedades de la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. Otra cosa será el contenido del BOE, que en su edición de hoy podría dar algunas sorpresas, como ha sucedido otras veces.

Frente al 4,5% de déficit establecido en principio para este año se pasa al 6,3%, lo que permitirá que el de las autonomías se sitúe de media en el 1,2%, cinco décimas por encima del tope anterior. Una cifra que para la Junta de Extremadura es "correcta", ya que le permitirá contar con mayor capacidad de gasto para "reforzar las políticas activas de empleo". No obstante, el Ejecutivo regional sigue siendo contrario a que se fije un déficit diferenciado para cada comunidad.