El porro nos preocupa mucho", confesó ayer el delegado del Plan Nacional sobre Drogas, Gonzalo Robles Orozco (Madrid, 11-4-1959), al presentar una encuesta que recoge el aumento de consumo de cannabis. De 1999 al 2001, se ha pasado del 19,5% al 24%. De todos modos, la preocupación de Robles no es de ahora. Meses atrás, declaraba: "Hay una deliberada intención de confundir a la gente. El porro genera problemas de salud". Y añadía: "No es correcto hablar de drogas duras o blandas, sino de más grave daño a la salud o menos".

Diplomado en Enfermería y estudiante frustrado de Medicina y Políticas, Robles ha acabado siendo un político en estrecho contacto con los asuntos médicos. En su época de la fraguista AP (también presidió la rama juvenil Nuevas Generaciones), era el responsable de toxicomanía. Después, siendo diputado del PP, defendió en vano una proposición de ley sobre la drogodependencia. Estaba cantado que Aznar le haría delegado del Gobierno en esta cuestión. Y, desde mayo de 1996, está en ello, con momentos buenos y malos. El peor de éstos fue cuando, en septiembre del 2000, informó a bombo y platillo de un gigantesco alijo de cocaína que transportaba el barco Privilege, en el que no se halló ni rastro. Siempre se le ha acusado de exceso de protagonismo, pero ni el botellón ha podido con él.