TEtn política lo único cierto es que nada es duradero. Todavía estaba Núñez Feijóo celebrando el triunfo en las elecciones gallegas y glosando el destino que pensaba darle al ya famoso "Audi-más caro que el de Obama " --el que, entre otras historias nada edificantes, le costó el puesto a Pérez Touriño --, cuando, ¡mira por dónde¡, resulta que también Feijóo iba por la vida en un coche fantástico. Tan fantástico como que le salía gratis total porque aunque llevaba meses con él resulta que era un regalo de la Citroën gallega. Ahora que ha trascendido el asunto anda el hombre a vueltas por las emisoras tratando de explicar el porqué su partido aceptó semejante dádiva que diría Garzón . Lo que todavía no sabemos es qué dirá Hacienda porque, claro, un coche rodado es --o debería ser-- un impuesto pagado.

En fin, estábamos en que las alegrías duran poco en política. Ahí está, sin ir más lejos, el remate de faena de Garzón apuntando nada menos que a la presunta financiación ilegal del PP valenciano y cediendo el sumario a los tribunales de Madrid y Valencia porque dice haber visto indicios de sobornos a personajes públicos aforados --el sumario habla del presidente valenciano, Francisco Camps , del diputado Ricardo Costa , de un exconsejero y de dos diputados regionales de Madrid--. Toda esta trama entra ahora en una vía más discreta, menos mediática, pero la investigación sobre los milagros del conseguidor Correa van camino de transformarse en la kriptonita destinada a rebajar la euforia de un Mariano Rajoy que había visto la luz en el triunfo electoral del PP en Galicia.

Triunfo que, por cierto, le había permitido pasar de puntillas sobre el notable retroceso experimentado por los populares de Basagoiti en el País Vasco. Con las elecciones europeas a la vuelta de la esquina, nadie sabe cómo terminará esta película que bien podríamos bautizar como la de los gozos y las sombras de Rajoy, evocando así aquella historia tan gallega del inolvidable Gonzalo Torrente Ballester .