El pasado 5 de febrero, Ada Colau Ballano , barcelonesa de 38 años, compareció ante la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados, representando a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), para defender la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) destinada a paliar el drama social de los desahucios. Tras aclarar que su presencia allí solo era importante como representación ciudadana, hiló un excelente discurso de cuarenta minutos, documentado y exhaustivo, en el que explicó que los bancos nos han estafado con las hipotecas, aseguró que lo que ha venido haciendo la PAH debería haberlo hecho la Administración, reivindicó el liderazgo de la sociedad civil en la propuesta de soluciones y dijo "es un criminal, no un experto", sobre Javier Rodríguez Pellitero , secretario general de la Asociación Española de la Banca (AEB), que acababa de afirmar que la dación en pago no es la solución. Santiago Lanzuela (PP), presidente de la comisión, le pidió que retirase sus palabras, pero ella se negó. Los vídeos de su intervención suman en YouTube, a día de hoy, más de 500.000 reproducciones. Ada cuenta con casi 35.000 seguidores en Twitter.

Exactamente el mismo martes 5 de febrero, Beatriz Talegón Ramos , madrileña de ascendencia soriana, de 29 años, secretaria general de la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas (IUSY), tomó la palabra durante el Consejo de la Internacional Socialista (IS) que se celebraba en el Hotel Cascais Miragem (Portugal), y comenzó diciendo que "el capitalismo de libre mercado está dando sus zarpazos". Aseguró que lo que persigue un "buen socialista" es que "nadie sea tan rico como para poner a otra persona de rodillas y que nadie sea tan pobre como para tener que arrodillarse ante otros". Después exclamó: "Me sorprende mucho cómo pretendemos remover la revolución desde un hotel de cinco estrellas en Cascais, llegando en coches de lujo (-) ¿De verdad podemos entender lo que estamos pidiendo al mundo desde un hotel de cinco estrellas?". El vídeo con su discurso completo de diez minutos y un fragmento con las palabras más duras fueron colgados en YouTube el 10 y el 11 de febrero, en varias versiones, sumando todas ellas más de 2.000.000 de visitas; Beatriz tenía antes de esos días algo más de 600 seguidores en Twitter, el día 12 sumaba más de 10.000 y supera los 21.000 cinco días después.

XESE 12x de febrero, Alberto Garzón Espinosa , riojano y diputado de IU por Málaga en el Congreso, de 27 años, asistía a la comparecencia a puerta cerrada de Mario Draghi , presidente del Banco Central Europeo (BCE). Llegado su turno de palabra, comenzaba así: "No me andaré con rodeos, señor Draghi: usted viene aquí como representante de un poder antidemocrático". Más adelante cuestionaba a Draghi por su procedencia profesional (vicepresidente para Europa de Goldman Sachs y gobernador del Banco de Italia). Garzón llegó a decir que "el señor Trichet (predecesor de Draghi) debería haber pasado ya por un juzgado (-) usted también tiene responsabilidad y probablemente debería estar acompañando a Trichet en esos tribunales".

El presidente del Congreso, Jesús Posada (PP) le interrumpió brevemente ("Compórtese"), pero él continuó. Todo esto lo sabemos porque el grupo parlamentario al que pertenece Garzón grabó un vídeo de algo más de tres minutos y lo difundió por YouTube, saltándose las normas de la comparecencia y retando los inhibidores de comunicaciones. El vídeo tiene ya más de 40.000 visitas. Alberto es uno de los políticos más influyentes del mundo en las redes sociales, con más de 120.000 seguidores.

Son tres desafíos en ocho días, tres actos públicos de rebeldía: de una activista social respecto al poder financiero y los representantes políticos en las Cortes, de una joven socialista ante los líderes de su partido y de un diputado de izquierdas frente a uno de los más altos representantes de la Unión Europea. Tres destellos en medio de la calma chicha con la que pasan los días mientras desaparecen lentamente derechos sociales, libertades, reflejos democráticos, ilusiones y esperanzas, ante un escalofriante silencio generalizado. Tres razones para pensar que quizá hemos sido demasiado "bien educados" para "portarnos bien". Tres jóvenes razones para tener esperanza. Para imitar. Para pensar. Para actuar. Tres razones para dar las gracias, a Ada, a Beatriz, a Alberto.