En España tenemos muchas cosas de las que sentirnos orgullosos. Tantas que sería largo y pesado simplemente su enumeración. Pero una de ellas es, sin la menor duda, nuestras Fuerzas Armadas. En el pasado puente, llamado de la Constitución o de la Inmaculada, he tenido la oportunidad de admirar como trabaja una unidad de estas Fuerzas Armadas. Me refiero concretamente a la Unidad Militar de Emergencias. El río Guadiana padece, desde hace años, la proliferación de una planta invasora: el jacinto de agua. Vulgarmente denominado camalote. Es el jacinto una planta ornamental de un primer aspecto bello. Sin embargo cuando invade una parte imprevista de nuestros ríos, es nefasto y de difícil eliminación. Como otras especies invasoras, aquí podemos dejar volar nuestra imaginación, lo que en principio resulta agradable, se vuelve dañino. El camalote está terminando con el propio río Guadiana. Lo está matando desde el interior de sus aguas. La Confederación Hidrográfica del Guadiana ha tenido que pedir ayuda a la UME para luchar contra esta plaga. Ya lo hizo, en anteriores campañas, en las proximidades de Badajoz. En está ocasión ha sido en Valdetorres y Guareña. Allí el Guadiana se abre en varias ramas, que vuelven a cerrarse, dejando en su interior fértiles vegas agrícolas. Sin descansar por días festivos. Trabajando de sol a sol. Con un impresionante despliegue de personas y medios. He visto trabajar a la UME. Retroexcavadoras, palas, camiones, vehículos todo terreno, vehículos anfibios, tipo Argos, drones, ambulancias, autobuses, barcas, etc, etc. Treinta y dos mil toneladas de camalote se han sacado de esta parte del río Guadiana. Me he sentido muy orgulloso de ver cómo trabaja esta unidad del Ejercito. Gracias a la UME, gracias a las Fuerzas Armadas.