El juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande Marlaska (Bilbao, 26-7-1962) mantuvo ayer un rifirrafe con el Tribunal Supremo a cuenta de la imputación --o no-- del exministro de Defensa Federico Trillo en el caso del Yak-42. Con el telón de fondo del enfrentamiento entre el juez y el tribunal, primero el Supremo y después Marlaska dictaron ayer una providencia y un auto. La primera era la contestación del tribunal al juez, que le había pasado "la patata caliente" de imputar a Trillo. El Supremo le recordó que su obligación era la de detallar los indicios de criminalidad del exministro, pero como el juez no ve ninguno dictó un auto afirmándolo. Lo curioso del asunto es que eso mismo ya lo dijo hace meses, con lo que el caso es una pescadilla que se muerde la cola. Marlaska pasa por ser un juez ´afín´ al PP, partido que lo había propuesto para el Consejo del Poder Judicial.