Que Bin Laden haya llegado a conseguir que uno de los cuerpos más prestigiosos, como es la Guardia Real, cuya misión es dar honores y escolta al Rey, se pasen por unas horas de su profesión a la de camareros que sirven una boda, me parece lamentable. Y no sólo no se fían de los camareros, sino que no habrá entrada de coches de reparto una semana antes de tal evento, 200 francotiradores, rastreo de pisos, alcantarillados y tejados en la zona, miles de agentes, de Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local... Me acuerdo ahora del tema de la violencia doméstica y que en muchos casos la excusa es que no existen suficientes medios para proteger a mujeres amenazadas, y que muchas veces por la falta de dichos efectivos acaban en tragedia. Ustedes pensarán lo que quieran; yo lo tengo muy claro. FEDERICO J. MARIN. Jerez de los Caballeros