El disidente cubano Guillermo Fariñas ha estado a punto de pagar con su vida su lucha por la liberación de presos de conciencia de su país. La victoria de la iglesia católica y de Moratinos al arrancar el compromiso de Castro de liberar a 52 presos no hubiera sido posible si Fariñas no se mantiene firme en sus convicciones democráticas.