De vez en cuando se pueden dar buenas noticias, como la reducción del número de víctimas mortales en accidentes de tráfico, en Extremadura, a las cifras más bajas que se conocen desde que hay registro. Es el resultado de políticas sostenidas en este ámbito, que se deben profundizar pues caen todos los parámetros: número de accidentes, de heridos graves y leves y de detenidos. Ahora solo queda acabar con el punto negro que la Delegación del Gobierno señala en la N-630, en Cáceres.