De 3.200 matriculados en la ESO de los mil euros, lo han dejado 700; está por ver qué ocurre con el resto, cuántos obtendrán el título, pues aún no hay resultado de la primera evaluación. Es comprensible el cabreo de estudiantes jóvenes y adultos que se esfuerzan sin esa recompensa, mas la idea es, como discriminación positiva, recuperar a miles de jóvenes excluidos del sistema educativo y del laboral que no tendrán un futuro, porque, ya mayores y sin formación, nunca tendrán un empleo.