XExl director de la consultora Depaex, Antonio Rosa , defendía el pasado viernes, en un artículo publicado en EL PERIODICO la tesis de que, aunque la Consejería de Desarrollo Rural de la Junta de Extremadura reforzaba los recursos humanos en el medio rural, los responsables medioambientales del Gobierno regional parecen remar en otra dirección. Sostenía su tesis en que los responsables medioambientales del Gobierno extremeño pretenden excluir de los posibles emplazamientos de instalaciones eólicas casi todos los espacios naturales extremeños (parques, zepas, lic...), con lo que, según el autor, dentro de veinte años, la mayor parte del territorio extremeño se convertirá en "un maravilloso refugio de aves". (sic).

Efectivamente, tiene razón cuando afirma que la Consejería de Desarrollo Rural --es decir, la Junta de Extremadura-- ha impulsado un proceso de mejora e incremento de los servicios a los ciudadanos, reforzando los recursos humanos que vienen trabajando en el medio rural para la diversificación de su economía; pero, al contraponer la exclusión de los parques eólicos con las políticas que se llevan a cabo en el medio rural, parece estar asegurando que la despoblación del medio está asegurada, mientras que Extremadura toda será un inmenso paraíso para las aves, que excluye como elemento de diversificación económica.

Tratar de relacionar la ausencia de parques eólicos con el despoblamiento rural, nos parece, cuanto menos, exagerado. Conozco personalmente zonas en donde llevan años funcionando estas máquinas (como en Creta --Grecia--) y siguen siendo objetivo 1 de la Unión Europea. Es decir, no parece que haya mucha relación esta vez entre causa-efecto.

Por otra parte, como bien sabe don Antonio Rosa, las políticas de la Junta son globales: no hay una política de una cosa y de otra, que se contradigan y contrapongan. Hay una política general que emana del Consejo de Gobierno y que es hija, a su vez, del programa del partido que ganó las elecciones por mayoría absoluta. De la política general de la Junta emanan políticas particulares de cada consejería en el marco de la política general del Gobierno extremeño.

La política de Desarrollo Rural ha sido siempre una estrategia prioritaria de la Junta de Extremadura desde la formación de su primer gobierno, impulsando todas sus acciones encaminadas a conseguir el bienestar y la creación de empleo en el medio rural, para frenar el proceso de abandono de nuestros pueblos. En los últimos veinte años, Extremadura ha concentrado su esfuerzo en conseguir un desarrollo equilibrado, sin comprometer nuestros recursos naturales, dotando a los pueblos de infraestructuras básicas, equipamientos y servicios públicos.

La Unión Europea, desde hace apenas unos años, está intentando integrar la política agraria comunitaria dentro del contexto económico y social del medio rural, pues es una realidad el hecho de que la actividad agraria no es capaz por sí sola de mantener el flujo de recursos económicos y de empleo necesarios para sostener el medio rural y fijar su población. Pero los parques eólicos, sin entrar en su necesidad o no, como energía alternativa, no son precisamente un ejemplo de diversificación económica en el medio rural.

En la II Conferencia Europea de Desarrollo Rural, celebrada en Cork (Irlanda), la UE amplía sus horizontes y se adentra en el complejo mundo rural con el fin de contribuir a su preservación y desarrollo a través del fomento de las ayudas al desarrollo rural y a la concentración en un solo fondo de todos los recursos, para reducir las desigualdades de renta, mejorar los equipamientos sociales y la capacidad de creación de empleo en el medio rural. Durante los últimos veinte años, el medio rural ha ido adquiriendo en nuestra comunidad un claro valor añadido, derivado del papel básico que desempeña el mantenimiento del medio ambiente y la conservación de la naturaleza. La Junta de Extremadura entiende que el desarrollo del medio rural extremeño debe estar integrado en un modelo sostenible que mejore las actividades productivas y comerciales del sector agrario, que mejoren las infraestructuras que incidan directamente en la calidad y bienestar de la población y que explore y desarrolle nuevas actividades económicas en el ámbito de la cultura rural, de acuerdo con los objetivos del desarrollo sostenible.

No hay, por tanto, señor Rosa, una disociación de nuestras políticas en el medio rural con las ambientales. Ambas emanan de la Junta de Extremadura como un tronco común sobre el que pivotan las demás políticas. No están antes los pájaros que las personas. Atendemos antes al hombre y las mujeres en su entorno, en sus necesidades y aspiraciones, que a las aves que pueblan nuestros campos; pero entendemos igualmente que el desarrollo sostenible no puede matar un hábitat para las personas ni los hábitats animales, vinculados al entorno, que constituyen también una fuente de riqueza para Extremadura, y que no debemos desaprovechar.

Así como la creación de la Consejería de Desarrollo Rural corresponde a la voluntad política del presidente de la Junta de Extremadura de establecer una línea política y unos objetivos, concentrando todos los programas de inversión pública, para impulsar un desarrollo rural capaz de dinamizar el tejido económico y de asumir nuevos sectores de actividad en cada una de las 24 zonas de los grupos de acción local y mancomunidades, así también la política medioambiental conjuga desarrollo con la sostenibilidad del medio. No hay, ni puede haber políticas singulares de uno y otro, sino globales en el campo de la política general.

*Consejero de Desarrollo Ruralde la Junta de Extremadura