TPtarece que en la cima del Gobierno siguen considerando que hay expectativas de tregua por parte de ETA. Están en la fase proustiana de la cosa: transformando en evidencias lo que, de momento, no son más que convicciones. Es verdad que todavía no han llegado al punto de bizcocho al que en su día llegó Aznar (allá por el otoño del 98, cuando tras autorizar los contactos con la ETA, hablaba de ¡Movimiento Vasco! ), pero el aroma del eufemismo convive en los despachos de la Presidencia con el de la primavera que ya se ha instalado en los jardines de La Moncloa. Y, sin embargo, raro es el día que la banda no coloca una bomba --avisando, eso sí, pero bomba--, al tiempo que siguen extorsionando a empresarios y profesionales exigiendo dinero con el que mantener la ficción que ha teñido de sangre los últimos treinta años de la historia de España.

Es probable que Zapatero tenga datos fiables que le invitan a pensar que estamos ante el principio del fin de la violencia. El habla de estas cosas con la convicción de quien ha visto el mapa donde está señalado el camino, pero no lo enseña. Por prudencia o por temor a despertar del sueño. Si la realidad (las bombas, las extorsiones a los empresarios, la vuelta de la kale borroka , etcétera) es la que es, convendría hacer bueno el consejo de Felipe González : ser cautos y no abonarse al optimismo. La ETA está infiltrada y periódicamente han ido cayendo los dirigentes de sus sucesivos comités de dirección.

Más de seiscientos terroristas cumplen condenas en España o en Francia, pero la capacidad con la que esta organización terrorista ha logrado superar el acoso de la policía española indica que al frente de la organización tienen a alguien (o alguienes ) cuyo talento maquiavélico sólo es equiparable a su frialdad. Alguien que podría estar jugando con el deseo de Zapatero de pasar a los libros de Historia, impulso humanamente disculpable, pero que, en este caso --como le ocurrió a José M. Aznar en un primer momento-- quizá le está empujando a confundir el deseo con la realidad.

*Periodista