Presidente del PPde Extremadura

Los lectores que tengan vinculación con algún pueblo de Extremadura saben muy bien que en los últimos 20 años se ha producido un paulatino abandono de estos municipios y son también muchos menos los servicios que se prestan en los mismos. Esa constatación tiene su reflejo en los datos que nos ofrece el Instituto Nacional de Estadística, según el cual son casi 69.000 las personas que han emigrado desde las zonas rurales a las zonas urbanas de Extremadura buscando en las mismas oportunidades. Es una falacia que el actual sistema de protección por desempleo haya evitado la emigración de las zonas rurales. Hay que mantener un sistema de protección de los trabajadores del campo dada la temporalidad del trabajo en el mismo, como existen otros sistemas de protección para otros sectores, pero no podemos conformarnos con eso. Tengo mucha confianza en las posibilidades de Extremadura y de los extremeños y estoy convencido que somos más los que tenemos esa confianza que los que se conforman; que los que están resignados a que las cosas tienen que seguir siendo como son. Yo quiero mirar al futuro.

Quiero comprometerme a hacer políticas para crear empleo, para crear oportunidades, porque la modernización de Extremadura será una realidad sólo cuando alcancemos la sociedad del pleno empleo y de las oportunidades en la que el acceso esté garantizado por igual a los que viven en zonas urbanas y a los de zonas rurales.

Las políticas de Desarrollo Rural en el siglo XXI exigen políticas de modernización y mejora de la actividad productiva agraria y poner en marcha al mismo tiempo actividades económicas complementarias. Para hacerlo contamos con grandes activos. El más importante es el activo humano, los hombres y mujeres de Extremadura. Tampoco podemos olvidar los fondos procedentes de la Política Agraria Comunitaria que se aplicarán al desarrollo rural y que persiguen entre otros fines: la mejora de la competitividad de las explotaciones agrarias; la instalación de jóvenes agricultores; la mejora de las infraestructuras rurales (electrificación rural, mejora de los caminos, conexión de las zonas rurales con las redes de comunicación más importantes, nuevas tecnologías etcétera); la gestión de los recursos hídricos; la diversificación de la economía rural (explotaciones turísticas, cinegéticas --ahogada por una legislación perversa para el futuro del sector--, y del sector servicios en general); la comercialización e industrialización de los productos agrarios; la conservación y mejora del medio natural.

Tenemos el factor humano, tenemos los fondos y Extremadura es una región muy competitiva en el ámbito de muchas de nuestras producciones agrarias. Además, somos una región que no tiene que envidiar a nadie en medio natural y patrimonio cultural. Falta superar viejas políticas y aplicar las que permiten una gestión eficaz de nuestro recursos humanos, económicos, naturales y culturales.

El compromiso con las zonas rurales no admite demora y tiene que ser un compromiso político, pero sobre todo presupuestario y urgente. Por eso me propongo en la primera legislatura las siguientes acciones:

1.º Poner en marcha las medidas presupuestarias precisas para mejorar las infraestructuras (a las que me refería en párrafos anteriores) del medio rural y su conexión con las zonas urbanas. No pueden seguir haciéndose inversiones en función de los votos y hay que comenzar a hacerlas en función de las necesidades de los ciudadanos y de la mejora de su calidad de vida.

2.º Acercar la Educación y la Sanidad a los municipios. Es un error cerrar los colegios de los municipios y no propiciar el acercamiento de la sanidad a las zonas rurales. Hay que trasladar al sistema y no a los ciudadanos garantizando siempre la calidad en los términos de las regiones más avanzadas.

3.º Los servicios de la administración deben acercarse a las zonas rurales, por eso la trasferencia de competencias a los ayuntamientos significará resolver mejor los problemas a los ciudadanos y también que en los ayuntamientos se puedan encontrar soluciones a cuestiones que hoy exigen el traslado de los pueblos.

4.º Entablaré un diálogo abierto con los agentes sociales a fin de propiciar un plan de empleo para los jóvenes en las zonas rurales que permita horizontes distintos a los actuales.

Cuatro propuestas para discutir, para criticar, para dialogar sobre ellas, pero desde luego, para mirar al futuro.