WEw l Gobierno vuelve a tener una patata caliente entre las manos por la situación del etarra Ignacio de Juana Chaos, un asunto que persigue al presidente Rodríguez Zapatero desde hace meses y que sin duda seguirá siendo utilizado por el Partido Popular en el tramo final de la legislatura.
El etarra, que cumple condena con prisión atenuada por un delito de amenazas, se recupera en un hospital de San Sebastián de los efectos de la larga huelga de hambre que mantuvo en la cárcel.
Es muy probable que, como ha anunciado su abogado y han recogido diferentes medios de comunicación, De Juana reciba en las próximas horas el alta hospitalaria. Entonces, el Gobierno deberá tomar una decisión compleja: o devolver a De Juana a prisión hasta que cumpla los casi 14 meses de condena que le quedan o bien mandarlo a su casa con un sistema de control telemático --brazalete que sirve para conocer sus movimientos, identificación de voz, etcétera-- y bajo vigilancia policial.
En el primero de los casos, que De Juana vuelva a ser ingresado en un centro penitenciario para que termine de cumplir condena, es probable que el preso se niegue de nuevo a comer y que se desate en el País Vasco una ola de episodios de violencia callejera. Por otra parte, tras el alta hospitalaria, el etarra De Juana deberá hacerse revisiones médicas en un ambulatorio, con lo que habría de ser sacado de la prisión, con el consiguiente alboroto, cada vez que tuviera que acudir a los doctores.
La posibilidad de que De Juana se vaya a su domicilio, la que parece más probable a estas horas, desatará de nuevo el malestar en las capas sociales que han visto en este caso una intolerable cesión del Gobierno a los terroristas. Es obvio que el PP y sus medios afines no van a dejar pasar la oportunidad para volver a la carga contra Zapatero y contra su ministro del Interior en un asunto que les ha supuesto a ambos un serio desgaste.
Pero el Gobierno de Rodríguez Zapatero se inclina a pensar que es mejor asumir esa nueva oleada de críticas y zanjar el asunto que estar de nuevo ante un preso dispuesto a morir y que debe entrar y salir de la cárcel cada pocos días. Además, De Juana Chaos habrá cumplido en el próximo mes de agosto dos tercios de su condena de tres años, que es cuando los presos suelen disfrutar de la condición de prisión atenuada en sus domicilios.
El caso de este terrorista, que ya cumplió 18 años de cárcel por los 25 asesinatos que cometió, es el triste paradigma del enfrentamiento que han protagonizado en los últimos meses entre el PSOE y el Partido Popular a propósito de la lucha antiterrorista y uno de los pocos balones de oxígeno propagandísticos que ha recibido la banda terrorista ETA en los últimos años.