Maestro

Hemos iniciado el último mes del año. Es tiempo de balances, de evaluaciones, de rendir cuentas y de ir preparando los proyectos para el verano venidero. El 2003 es año electoral y, a partir de enero se intensificará el bombardeo de promesas. Si todo fuera como es prometido tendríamos claro a quién confiar el gobierno de los diferentes ámbitos territoriales (local, comunitario y estatal). Por eso es importante cumplir las promesas hechas o explicar claramente el porqué de su no cumplimiento sin cargar las culpas al contrario que, teóricamente tiene parte en la toma de decisiones porque ha sido elegido para desarrollar su proyecto oponiéndolo al de los ganadores para mejorarlo. Y es que el fin último de la acción política es el bienestar de los ciudadanos y nunca debiera ser hacer la puñeta al contrario con oposiciones cerriles basadas en el oponerse por oponerse, sin plantear una alternativa, al desarrollo del proyecto en el que han confiado los ciudadanos dándole sus votos. Por eso es imprescindible el control social de la acción de gobierno y ahí tenemos que estar todos, ciudadanos y oposición, para velar y, en su caso exigir, el cumplimiento de lo prometido. Lo demás es tirar piedras al tejado de la política y a la credibilidad de los políticos. No diré al prestigio porque en los últimos tiempos al prestigio, en más de un idioma, no le va nada bien y en algún caso hasta se ha hundido por acción del gobierno, manchando a la gaviota, que en Galicia tiene difícil remontar el vuelo con las alas manchadas de fuel. Por eso es importante que los ciudadanos se agrupen y se vaya creando un tejido social tupido y activo que colabore en la acción de gobierno. Y en esa tarea es fundamental el asociacionismo vecinal.

En septiembre de 2000 se constituyó la Agrupación de Asociaciones de Vecinos de Cáceres y, a día de hoy, su presencia y sus denuncias y aportaciones al estudio de soluciones a problemas de nuestra ciudad han sido muy importantes, así como su actitud colaboradora y su liderazgo y fuerte posicionamiento en algunas de las cuestiones que atañen al futuro de nuestra ciudad.

En la mañana del sábado se inauguraba la nueva sede vecinal de San Marquino y el ayuntamiento cumplía su compromiso de proveer de sedes a las asociaciones vecinales. El barrio sigue teniendo carencias, pero los que tienen la posibilidad de solucionarlas no tienen la sensibilidad del equipo municipal. Faltan cabinas telefónicas, buzones de correos, centros escolares y entidades bancarias, a pesar de tener industrias y de que su expansión es clara. Un vecino de San Marquino que sea cliente de Caja Extremadura tiene la oficina más próxima en la plaza Mayor, en Pinilla, en la plaza de toros o en Colón. Este problema se lo planteé en su día a quien gobierna la entidad y apelé a la vertiente social de la caja para facilitar a los pensionistas del barrio el cobro de sus pensiones. Su respuesta fue que la caja está para ganar dinero. Lo digo hoy porque otros han invertido dinero de todos en el bienestar de los vecinos de un barrio. En esta ocasión, el ayuntamiento ha ido por delante en eso de hacer ciudad.