Está claro, si existe un país que sepa vender al resto del mundo lo que hace, lo que dice, lo que inventa, e incluso lo que respira, es Estados Unidos. A veces me pregunto qué ha hecho este país para merecer tanto y que hemos hecho otros países para merecer tan poco. ¿Se imaginan que hubiese ocurrido se ellos tuvieran las encinas y los cerdos de pata negra que tenemos nosotros? El jamón ibérico se llamaría jamón texano, o neoyorquino, o californiano, y se vendería como manjar preferente a lo largo y ancho de esta inmensa esfera líquida que habitamos, a pesar de que en algunos países lo rechazan porque consideran que es carne cruda.
Imaginen que la copla fuese originaria de Oklahoma. Cúanto tiempo tardaría un finlandés o un hawaiano en aprenderse la música y la letra de la Bien Pagá o Campanera. Claro, que entonces Pilar Boyero o Raquel Palma se llamarían Pilar Drover y Raquel Palm , y serían tan famosas como Lady Gaga o Beyoncé . Qué hubiese ocurrido con la tortilla de patatas, española, para más señas, si la hubiese ideado un militar sureño durante la guerra de Secesión de EE.UU, en vez del general Tomás de Zumalacárregui durante la primera Guerra Carlista española. Seguro que tendríamos una cadena de concurridas tortillerías junto a cualquier Macdonals o Burguer King, y veríamos a muchos repartidores en moto llevando a domicilio todo tipo de tortillas. ¿Y qué me dicen si la paella hubiese sido inventada en Alabama o en Ohio? Pues que sería el plato más conocido del mundo, no solo de España.
La marca EE.UU marca todo lo que toca, e incluso los asuntos del más allá. Los españoles de mi generación, el 1 de Noviembre celebrábamos el Día de los Difuntos y llevábamos en las manos unas rudimentarias asadoras de castañas que nos fabricábamos con una lata colgada de una alambre. Los españolitos de ahora celebran Halloween, se disfrazan de monstruitos y llevan en las manos calabazas que asustan mucho.
Nos soy de los que opinan que no hay que perder las tradiciones, pero tampoco comparto que se cambien tradiciones propias por ajenas.
