Viendo un anuncio en el que se solicitaba ayuda económica para niños que están desnutridos, se me partió el corazón. ¿Cómo es posible que por el simple hecho de haber nacido donde he nacido yo pueda tener derecho a una vida digna y personas que viven en otros países se vean obligadas a luchar a diario para sobrevivir?

Es cierto que todos deberíamos colaborar con nuestro pequeño granito de arena para ayudarles a salir de esa situación, pero me avergüenza ver que hay gente que dispone de grandes cantidades de dinero y no aporte una cifra, que para ellos sería insignificante, que permitiría ayudar en gran medida a paliar el problema del hambre en el mundo.

Si todos contribuyéramos con una cantidad proporcional de nuestro salario, quizá lograríamos acabar con este urgente problema, pero si todos hacemos la vista gorda por igual, probablemente esta situación irá cada vez a peor.