Ni es vinculante ni cambiará la realidad en el pequeño país, pero la sentencia del Tribunal de La Haya sobre la independencia de Kosovo tendrá consecuencias en lo que Serbia considera su provincia y más allá de las fronteras balcánicas. Al fallar que la declaración unilateral de independencia no es ilegal y que tampoco viola el derecho internacional general, los jueces del tribunal de la ONU han convalidado aquella declaración del 2008 por la que Kosovo, después de una guerra a la que la OTAN puso fin en 1999, rompía los lazos administrativos con Belgrado para erigirse en un Estado independiente. Pese a las declaraciones de las autoridades serbias de que nunca reconocerán un Kosovo independiente, la sentencia puede contribuir a crear un marco en el que ambos países puedan establecer algún tipo de relación constructiva, en especial cuando Serbia y Kosovo aspiran a formar parte de la UE. Hasta el momento, solo 69 de los 192 países miembros de la ONU han reconocido la independencia kosovar. Ahora cabe esperar que el aval de La Haya abra el camino a nuevos reconocimientos internacionales, entre ellos el de España, país que ha visto como todos los argumentos que esgrimió en su momento, favorables a las tesis de Serbia, han sido derrotados.

Al declarar que el derecho internacional no incluye prohibiciones a la independencia, la sentencia pondrá nerviosos a países con reivindicaciones independentistas dentro de sus fronteras, por ejemplo a Rusia, Bélgica, China o Bosnia. Y a España.