Hillary Clinton se reunió ayer con el depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya, para buscar una solución a la crisis provocada en Honduras con el golpe de estado. Esa reunión es una significativa muestra del giro que ha dado la diplomacia estadounidense con respecto a América Latina. Tradicionalmente, EE UU apoyaba los golpes involucionistas; ahora trata de restablecer la legalidad.