Mi respeto especial para el pueblo chino, tan civilizado milenios antes que Occidente. Aprobación que, como aquí, no puedo extender a los Gobiernos que, como ahora, siquiera respetan los derechos humanos como el promedio de los principales países.

Fracaso especialmente preocupante cuando está llegando una vez más la hora de China y, más que nunca, a escala mundial.

Como hace medio siglo sus parientes japoneses, China comenzó esta etapa incluyendo el exportar a Occidente productos de baja calidad. Ésta va mejorando, pero no sin excepciones. Yo, por ejemplo, he comprado hace poco varios relojes de pared chinos a buen precio y que funcionaban bien.

Lo curioso es que se han ido cayendo y estropeando, epidemia debida a que el agujero del reloj en que se introduce el clavo de la pared es liso.

Así, claro, se venden más relojes, pero la hora de China ya no debiera necesitar esos trucos tan bajos que ponen por los suelos no sólo a los relojes.