Ojalá todos los grupos parlamentarios en la Asamblea de Extremadura compartamos lo expresado por el presidente alemán (Frank-Walter Steinmeier) en las que se refiere que esta pandemia no es una guerra sino una prueba de humanidad, donde no se trata de una lucha entre unas naciones contra otras, de unos soldados contra otros, donde el enemigo es común para todos y todas, es invisible, capaz de sacar lo mejor y lo peor de nosotros mismos. Ojalá todos hagamos que saque lo mejor, que abandonemos rencillas, las diferencias insalvables, ¿por qué en mitad esta crisis sin precedentes no vamos a ser capaces de hacerlo?

Solo saldrá fuerte esta región, nuestro país, si la ciudadanía está fuerte y sana, y para ello, para conseguirlo la propia ciudadanía está haciendo grandes sacrificios, incluso desde la parte más descarnada, en esa en la que no pudo dar el último adiós a sus seres queridos, y eso, es muy duro. Si ni quiera ante eso, algo tan grave, tan inaudito, no fuésemos capaces de ponernos de acuerdo, sinceramente, la fractura entre lo que representamos y a quien, sería imperdonable.

No es tiempo de discutir, de reproches, descalificarnos no valdrá de nada, es la más estéril de las medidas, es tiempo de trabajar, de aunar esfuerzos.

La reconstrucción tendrá que venir de todos y todas, en la que seguramente haya que sacrificarnos todos un poco para poder ganar todos un poco, en la que haya que fortalecer sectores que fruto de la globlalización tal y como la conocíamos desaparezcan, habrá que crear nuevas redes de sostenimiento social, habrá que mejorar lo que en esta crisis ha quedado evidente que no ha dado buenos resultados, habrá que apoyar a quienes más hayan sufrido y quienes más lo necesiten, habrá que tomar muchas decisiones en las que la sociedad en su conjunto se vea afectada y donde el objetivo tiene que ser claro: nadie puede quedarse atrás.

Ayer el presidente de la Junta de Extremadura ofreció un acuerdo para la reconstrucción de Extremadura, un acuerdo que puede ser el mejor de los instrumentos para hacer esto posible, pone las luces largas a esta situación inesperada y que necesita resolverse, así como abre la puerta a la esperanza de lo que será el día después de un nuevo mañana, del que todos sabemos que será eso, será nuevo. Un acuerdo, un camino que, en sus casas, los extremeños y extremeñas, con su comportamiento ya habían tomado, el de la unidad.

Cada vida que viene en estos días, cada uno de esos niños y niñas que pacientemente esperan salir de casa, dan sentido a que lo hagamos, que lo transitemos, a cada uno de nuestros mayores, que nos lo dieron todo a cambio de nada, se lo debemos.

*Filóloga y diputada del PSOE.