TNti humildad por parte de Zapatero , ni generosidad por parte de Rajoy . He echado en falta la asunción de algún error del presidente del Gobierno, aunque fuera en términos de probabilidad. No pedir perdón, claro, pero al menos albergar la posibilidad de que quizás algunas cosas, aun suponiendo la buena voluntad, fueron más hijas del entusiasmo que de la realidad, más producto de la ingenuidad del misacantano que de la frialdad del gobernante, la primera de las cuales fue anunciar a bombo y platillo, con luces y taquígrafos, lo que siempre se ha hecho y se debe hacer en la sentina.

Y, a esta frustración, añádase la falta de generosidad de la oposición que, en lugar de tender la mano, machaconea con el ya lo decíamos nosotros , más preocupada en humillar al enemigo que en tranquilizar a la ciudadanía, porque a quien amenaza ETA es a nosotros, a los ciudadanos, y el deber de los políticos, de todos, es hacer lo posible por salvar nuestras vidas y nuestras haciendas, porque para eso les pagamos el sueldo y para eso están ahí sin que nadie les haya obligado.

Por si faltara poco en este desolador panorama se acerca Acebes para calificar a Zapatero de líder corrosivo, y Blanco retoma su teoría de que el fracaso de las negociaciones hay que ponerlo en la cuentas del PP. Tanta miseria y tan acumulada estupidez me irrita. Los puede haber más bajos y más feos, pero es difícil encontrarlos más tontos y más bellacos. ¡Joder qué tropa! que diría el conde Romanones. Y con estos bueyes hay que arar, con esta falta de misericordia, con esta ausencia de inteligencia, con esta mediocridad espesa, con esta pequeñez de miras, con este bagaje de ideales gurruminos, regate corto y miseria funcional. El gordo Otegi --cada día está más gordo, como si las ruedas de Prensa contuvieran grasas-- debe estar contento y feliz con lo que tiene delante. Sus jefes están locos, pero los que tiene delante son tontos e ineficaces.