Se celebran este fin de semana en Las Hurdes unas jornadas que analizarán la comarca cacereña cuando se cumplen 80 años de la película Tierra sin pan , la primera película española que realizara Luis Buñuel . Mucho es lo que se ha escrito en torno a esta cinta, que fue polémica desde el mismo día de su estreno en el Palacio de la Prensa de Madrid y al que asistió, entre otros, Gregorio Marañón , en ese momento presidente del Patronato Real de las Hurdes, creado años antes con motivo de la visita del Rey Alfonso XII , y que acabó en un incidente entre este último y Buñuel.

Las entonces fuerzas conservadoras de la República en 1933 censuraron la película hasta que unos años después, en 1936, las nuevas autoridades republicanas del Frente Popular levantaron la censura y permitieron su exhibición pública.

En Francia, Buñuel tiene conocimiento de la realidad de la situación de la comarca cacereña, a través del estudio que años antes realizara Maurice Legendre en su célebre estudio: Les Jurdes. Etudie de géographie humaine, una magnífica fuente documental para el aragonés y que no hace sino poner de manifiesto que la situación de la comarca era conocida y que el lavado de cara de la visita del rey Alfonso XII no había logrado solucionar sus problemas. El análisis de la película no puede realizarse sin tener en cuenta quién es el director de la misma, su estilo propio y el carácter surrealista de su obra.

Reflexionar ahora sobre Las Hurdes y lo que supuso la Tierra sin pan de Buñuel aportará, sin duda, multitud de matices. La visión de la obra proyectada por cineastas y críticos servirá para valorar aspectos que a menudo otra visión más apasionada tapa. Pero hay un tema que bien podrá servir para abrir los ojos a quienes aún son incapaces de diferenciar un documental y una película; se trata de dar a conocer las colas de la película que grabara el aragonés universal. Esos fragmentos, que los directores descartan en la fase de montaje, seguramente ayudarían a ver claramente lo que digo y aportarían nuevas imágenes de la extraordinaria riqueza natural de Las Hurdes.

XMAS VALDRIAx que la filmoteca de Extremadura, que nació para tratar de dar a conocer el patrimonio filmográfico existente en la región, pusiera su empeño en esta tarea en lugar de convertirse en una sala más de proyección de películas en una o varias de nuestras localidades.

Desde la recuperación del Documental de la Coronación de Santa María de Guadalupe, el 12 de octubre de 1928 y difundida hace ya más de ocho años, ¿cuántas películas o documentos sobre Extremadura ha recuperado y difundido la filmoteca? ¿Qué está pasando con los documentos gráficos que existen de nuestra región? Poco o nada tiene que ver lo que hace la Filmoteca de Extremadura con las funciones estatutarias para las que fue creada.

Está claro que la intención de Buñuel era molestar, provocar, irritar y criticar dentro de la línea del surrealismo, y su objetivo es notorio que sigue teniendo similar efecto en una parte de la población, que sufre ante tan dramático documento por reflejar la pobreza y la dureza de las condiciones que la tierra imponía a las gentes que habitaban en ella.

Si la estrategia de romper cristales ha servido a algunos de nuestros últimos gobernantes para denunciar las injusticias que aún existen, también podríamos considerar que las Hurdes de Buñuel fueron una pedrada en las conciencias de algunos, aunque habrá gente que, como yo, pensemos que hasta la llegada de la democracia a nuestra tierra la situación no cambió de manera drástica para esta preciosa y, en muchos otros aspectos, rica comarca cacereña.

Convendría volver a la comarca y acercarnos a sus gentes sin estereotipos estériles para poder dar a conocer a todos las riquezas culturales, histórico-artísticas y naturales que atesora este territorio, que podríamos considerar nuestra pequeña Amazonia extremeña, y que sigue siendo ignorado o desconocido, como el mal llamado Volcán del Gasco.