Después de muerto, ¿por qué habrían de faltar hermeneutas que concluyan que Leonard Cohen, en su último disco, estaba despidiéndose? Ciertamente, bastaría con el título, You want it darker, con cuya traducción no me atrevo porque el significado se lo deja tan claro a los interesados que hay que sospechar que tiene trampa, una doble o triple lectura, como todo lo escrito por Cohen. Sin embargo, hay un par de versos que se consideran premonitorios: Hanini, en hebreo, que fue la respuesta de Abraham a Dios (aquí estoy), y I´m ready, my Lord (estoy listo, Señor). No importa que Cohen fuera poeta, como tampoco que la poesía se haya servido siempre de textos religiosos (poesía ellos mismos, al cabo). Esos dos versos, más el título del disco, bastan para concluir que Cohen estaba diciendo adiós.

Y quizá fuera así, desde luego. Es más, él mismo había declarado en una entrevista a The New Yorker que estaba listo para morir. Tampoco importa que tres semanas después, bromeando, reconociera que había sido solo una licencia un tanto melodramática propia de un artista: «Dije que estaba preparado para morir, pero creo que exageré». Y que concluyera: «En realidad, pienso vivir para siempre». Hummm..., este para siempre también huele a muerte, más exactamente a eternidad, ¡justo lo que necesitan los premonitorios! Además, ahí está el modo en que Cohen se despedía del gran amor de su vida, Marianne Ihlen, cuando le dijo lo evidente: que los dos estaban viejos, que sus cuerpos se estaban desmoronando y que él, muy pronto, etcétera. En fin, ¿para qué seguir? Es obvio que Cohen, que en otros discos había visto el futuro (I´ve seen the future) y que confesó ser el judío que escribió la Biblia (I’m the little jew who wrote the Bible), en este último disco estaba anunciando su muerte.

Así pues, habrá que darles la razón a los hermeneutas. Al fin y al cabo, Cohen ha muerto, dicen. Pero lo realmente conmovedor es que todavía exista gente que se fíe de los poetas, esos mentirosos que no están obligados a dar cuenta de sus mentiras aunque anuncien que van a morir o que han visto el futuro.

* Funcionario