Aunque el partido Al Dawa (la llamada) no tiene jefe visible, en realidad lo es su portavoz, Ibrahim al Jafari (Irak, 1947), ahora primer presidente por turno rotatorio del Consejo de Gobierno interino iraquí.

Jafari se pasó, tal como él mismo declara, "23 años, dos meses y 21 días" exiliado en Londres, ya que se había decretado pena de muerte para los miembros de su partido y para aquellas otras personas que colaboraran con el mismo. Regresó a Bagdad cuatro días después de la caída del régimen de Sadam Husein y de inmediato fue reconocido como la personalidad más destacada de Al Dawa, el partido islamista más antiguo del Irak y el que sufrió más intensamente la represión. No dispone de las amplias bases del también partido shií Asamblea Suprema para la Revolución islámica, pero a él pertenecen numerosos médicos --Jafari tiene esta profesión-- periodistas, abogados e ingenieros.

Según el recién nombrado presidente interino, la sociedad iraquí a la que aspira Al Dawa ha de ser "pluralista, con cabida para todas las tendencias, nacionalidades y religiones, a las que no se pueden negar sus derechos". Su fuerza está en las capas urbanas, pero tiene poca implantación en el medio rural. Durante el anterior régimen tuvo unos 124.000 muertos, y de la actuación de Jafari depende que la llamada de su partido sea escuchada.