Algunos ciudadanos de buena fe pueden caer en la peligrosa tentación de pensar, oyendo el discurso de investidura del señor Monago o las razones que ha esgrimido Izquierda Unida para justificar su abstención en la elección del nuevo presidente extremeño, que las ideologías han muerto, que da igual quién nos gobierne, que votar PP o PSOE es votar la misma cosa, una falacia que en estos momentos me tiene hondamente preocupada, como creo que tendrá a muchos extremeños a los que nos une un mismo sentimiento progresista y de izquierdas.

El señor Monago proclamó en su discurso, de forma reiterada, que no hay ideologías, solo ideas, y que éstas no tienen color, y eso debe ser interpretado como aviso para navegantes, como un desesperado intento de justificar lo injustificable, que ha aceptado a IU sus 12 puntos programáticos aún estando muchos de ellos en clara contradicción con el programa electoral con el que concurrieron a las pasadas elecciones del 22 de mayo. Da igual lo que se prometa a los ciudadanos, lo importante es llegar a gobernar aunque para ello haya que aceptar que a las 12 de la mañana estamos ya en plena madrugada.

Partiendo de la total legitimidad que asistía a los tres parlamentarios de IU para votar a favor de uno u otro candidato o abstenerse, como finalmente han hecho, lo que me parece más débil son las razones que han esgrimido para justificar dicha postura. Han hablado las bases, dicen, agraviadas y ninguneadas por gobernantes socialistas a lo largo de estos 28 años, y yo no digo que no haya en ello parte de razón, seguramente así será, pero yo creía que los votos recibidos, que por supuesto superan con creces a los que posteriormente han vuelto a manifestar su opinión, deberían haber sido considerados, que los intereses de sus compañeros de otras comunidades autónomas estaban por encima de las revanchas personales, que lo que se acuerda de forma federada se hace para dar cumplimiento a lo acordado. Interpretaciones sobre la intención de quienes votaron a IU en Extremadura puede haber varias, depende de los intereses que nos muevan para elegir una u otra, pero creo que la más peregrina de todas es afirmar que los que votaron a esta coalición querían que, llegado el caso, como así ha sido, la postura de IU favoreciera la llegada de la derecha de Extremadura, porque estarán conmigo que quienes deseaban realmente la llegada del Partido Popular al gobierno de la región, no necesitaban intermediarios, simplemente habrán depositado su voto en la urna eligiendo dicha opción política. También creía que las promesas electorales y los programas están para cumplirlos, pero veo que estaba totalmente equivocada, que cuando las vísceras hablan, las razones programáticas y los principios desaparecen como por arte de magia. Y lo que me parece aún menos defendible es, como decía anteriormente, hacer creer a los extremeños que no hay diferencias ideológicas entre el PSOE y el PP, salvo que ahora a IU sólo le muevan las políticas económicas, importantes, sin duda, pero que no pueden enterrar otras diferencias que yo creía sagradas para los que se dicen progresistas y de izquierdas

No pretendo yo, dejaría de ser demócrata convencida si en tan poco valorara la democracia, erigirme en defensora de nadie, pero permitidme que me erija en defensora de los valores de la izquierda, unos valores que ¡oh, misterio! parecen identificar igualmente a quienes se encuentran en parajes políticos diferentes, y yo me pregunto ¿Es que el Partido Popular de Extremadura ha cambiado de ideología y ahora todos estamos bajo unas mismas señas de identidad? No caigamos en discursos falaces y carentes de verdad, ni creamos lo que muchos parecen empeñados en hacernos creer: que las ideologías han muerto y han unificado su color. Estemos del lado que deseemos estar o en el que más identificado nos sintamos, pero no nos dejemos arrastrar por ningún canto de sirena, no porque yo pretenda que los valores de la igualdad, la justicia social o la libertad, entre otros, sean valores exclusivos de la izquierda, sino porque la concepción de los mismos sigue siendo sustancialmente diferente.

En este escenario político que hemos vivido a lo largo de las últimas semanas, muchos votantes de IU y del PP seguramente habrán estado y seguirán estando desconcertados, al ver como su voto ha servido para alimentar propuestas que no veían como propias.

Ahora el PP abomina de los terratenientes, congelará las ayudas a la escuela concertada, rescatarán impuestos cuya eliminación han defendido a ultranza... ¿Alguien puede creerse semejante desatino? Yo no, IU, tampoco. El propio señor Escobar ya lo ha dicho en sus intervenciones, que el papel aguanta todo y que no se cree las promesas del señor Monago, pero que estarán atentos y vigilantes. No dude, señor Escobar, de que el Grupo Socialista sí lo estará, porque aunque usted se empeñe en afirmarlo, el Partido Popular y el PSOE no somos la misma cosa.

Está claro que desde la dirección de IU en Extremadura se le ha hecho el juego a la derecha. Eso sí que es ser de izquierdas, sí que es ser progresista.