TCtonozco a un hombre que está enamorado de una fotocopiadora que se llama Linda . Todo empezó en la quinta planta de un majestuoso edificio de oficinas perteneciente a una gran multinacional. Este hombre, de carácter introvertido y poco atractivo, intentaba fotocopiar unos documentos muy importantes que formaban parte de un informe de acoso sexual que se había producido supuestamente en el departamento de Anticipos y la fotocopiadora Linda expulsó a su bandeja una carta de amor bellísima. Nuestro hombre quedó prendado desde entonces de Linda y hacen una pareja laboral perfecta. Pero este idilio atravesó sus momentos difíciles --como suele ocurrir con casi todos los idilios importantes--. Al principio muchos compañeros y compañeras de oficina no veían con buenos ojos esa relación hombre-máquina e intentaban entorpecerla con comentarios ácidos y maniobras ímprobas. Pensaban que esa anormalidad no debía ser permitida porque dañaba la salud moral del resto de los trabajadores de la compañía. Hasta que se destapó y corrió de boca en boca que la jefa de Recursos Humanos se veía a solas con un fax de la planta quinta; y el lío de la mega-calculadora de Archivos con un contable de la octava. Y así, un día tras otro, se descubrían en el edificio nuevos idilios importantes. Incluso hubo un caso de un supervisor de planta con una trituradora de papel. Y paulatinamente la gente se ha ido acostumbrando a permitir los idilios importantes. E incluso el director general se congratula cada vez que surge una nueva relación, porque desde que existen los idilios importantes la compañía ha aumentado su productividad y sus acciones han subido una barbaridad.

*Pintor