Gabriel García Márquez recibirá hoy un homenaje de toda la comunidad hispanohablante en Cartagena de Indias, con motivo del su 80º aniversario. El homenaje al autor de ´Cien años de soledad´ es el acto central del encuentro en Colombia de académicos, escritores y universitarios de los países donde viven los 400 millones de hispanohablantes. Todos ellos reconocerán, en el otoño de su vida, a un símbolo del boom de las letras latinoamericanas que traspasó fronteras y lenguas. Un fenómeno que no se ha repetido.

El acto tendrá lugar después de que el idioma español haya estrenado su primera gramática oficial en 76 años. La Nueva Gramática de la Lengua Española está llamada a ser, en palabras del rey Juan Carlos I, "la piedra angular con que redoblar la presencia y pujanza de nuestra lengua en la era de la comunicación y la información". El documento nace con la bendición de los 22 directores de las academias de España, Hispanoamérica, Estados Unidos y Filipinas.

En este escenario, editores y escritores reunidos en Medellín han lamentado que los mercados literarios de España y América Latina estén cada vez más regionalizados. Muy pocos autores españoles triunfan en tierras americanas, y son contados los escritores de estas --más allá de los consagrados-- que consiguen captar la atención de los lectores más allá de su propio país. Y quizá no solo por la falta de un relevo a la altura de los grandes gigantes. La influencia que pueda tener la falta de interés, más allá de las propias fronteras, por las temáticas locales, o el obstáculo que suponen las diferencias locales del idioma, parecen contradecir los discursos optimistas sobre la unidad panhispánica que se han pronunciado estos días.

La disgregación del espacio literario, sin embargo, es solamente uno de los problemas a los que se enfrenta la lengua castellana. La relativamente baja presencia en los ámbitos de las nuevas tecnologías y el abordaje sin control del idioma por anglicismos, adaptados de forma muy diversa en cada país, son amenazas para la cohesión de un idioma que, sin embargo, crece demográficamente y como lengua de intercambio.

Estos son los debates que se producirán en los próximos días en el Cuarto Congreso Internacional de la Lengua Española, y a estos retos se ha intentado responder en el congreso de las 22 academias de la lengua reunidas en Medellín.

La aprobación de un sistema para homologar los certificados de enseñanza de lengua castellana en el mundo y la sanción de la primera gramática que deja de tener al castellano hablado en España como referente casi único, son instrumentos clave para apuntalar el futuro de la lengua.

Aunque, eso sí, choca que determinados medios académicos, dispuestos por fin a aceptar la diversidad lingüística y cultural en el mundo de habla hispana, sigan teniendo tantas reticencias a reconocerla en el interior de una España pluricultural y plurilingüe.