TEts nuestra asignatura pendiente, quizá perdida para siempre. Todo lo contrario que en Portugal, donde hablar varios idiomas es la cosa más corriente del mundo.

Yo lo achaco, sobre todo, a nuestra educación, esta educación que, pese a los esfuerzos de Luis Millán, no termina de levantar el vuelo. Todo se andará, aquí te espero poniendo un huevo.

Mientras, mis amigos portugueses hablan los idiomas europeos con la mayor soltura. Es cuestión de genomas. Verme a mí hablando alemán sería de morirse de risa. Imaginen al propio Luis Millán o a Rodríguez Ibarra. Floriano todavía el caló lo hablaría, si no lo habla ya de maravilla, pero Floriano en francés, o Pedro Barquero en sueco, no nos cabe en la cabeza. Sin embargo, el consejero López Iniesta, una de las mejores cabezas del consejo de gobierno, pese a ser denostado por los vulcanófilos, puede que hable hasta dos idiomas, pues es un hombre muy culto. Es poca la cosecha en idiomas.

Yo pienso que tantos años oyendo a doña Concha Piquer en Tatuaje, o en el Romance de la reina Mercedes ; tantos años de Antoñita Moreno con el cordón de su corpiño mi niño, o a Manolo Escobar y su carro, pues encima de todo esto llega Celdrán y tritura el castellano y lo deja todo en manos de Dios con su "si Dios quiere" permanente, que así está cada día más bizca la de Cultura.

En fin, qué les voy a contar que ustedes no sepan. Vino a mi casa el gran escenógrafo Castanheira con su hijo que traía un libro en la mano:

--¿Qué estás leyendo?

--A Goethe .

Pero en alemán. Por poco me desmayo.

*Escritor