En el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal general del Estado se ha prescindido del término «idoneidad», de uso formal en el nombramiento de los cuatro fiscales anteriores. Lógicamente, lo primero que se piensa es que Delgado no es idónea para el cargo. Sin embargo, ahora que los políticos van con el currículum entre los dientes, mostrándoselo incluso a los vecinos de mesa en el restaurante, esa supuesta falta de idoneidad no sería por su formación (estudios, experiencia, etc.) sino más bien por su aptitud, por su competencia para el cargo, más allá de su preparación. Según esto, se habría prescindido de la idoneidad en el nombramiento de Delgado por considerar que no está capacitada para un cargo que además de requisitos profesionales exige talante, por decirlo con una palabra que, desde el expresidente Zapatero, ha perdido su polaridad (ni buen ni mal talante: talante a secas).

Pero que el nombramiento no hable de «idoneidad» parece justificarse por la elección misma, antes que por la persona. No es idónea la elección, incorrecta en tiempo y forma. Cierto que el cargo de fiscal general del Estado es un cargo político (dieciséis fiscales generales desde 1978: dos de UCD, ocho del PSOE y seis del PP), pero a la hora de proponer un nombre conviene guardar siempre cierta «apariencia de imparcialidad», precisamente por tratarse de un cargo político. Y no ha sido así. Delgado procede directamente del Ministerio de Justicia (no de cualquier ministerio) y ha sido elegida sin observar el periodo de inactividad política exigido a los exministros antes de (re)incorporarse a cualquier institución del Estado. Es decir, ya que se trata de una elección política, evítese al menos que sea una elección indisimuladamente política. Porque en política, sobre todo en política, las apariencias importan y las formas tienen valor performativo. Todo es protocolo en un nombramiento de Estado.

Sin duda, Dolores Delgado es idónea para el cargo de fiscal general, y así lo suscribiría el Poder Judicial. El problema es que el Gobierno piensa que el cargo es idóneo para Dolores Delgado. Y esa es la diferencia.

*Funcionario.