Jurista

El nuevo Código Penal introdujo un nuevo tipo delictivo que permite encarcelar como terroristas a quienes, sin pertenecer a banda armada, alteren la paz pública provocando incendios. Su objeto fue la erradicación de los cachorros de ETA que atemorizaban a la población lanzando petardos por las calles. Cada vez que un tribunal aplica aquel desmesurado precepto, su decisión es aplaudida por quienes predican fórmulas represivas como solución al terrorismo.

Un juez catalán ha ordenado el ingreso en prisión de dos personas acusadas de incendiar, por motivos racistas, una carnicería islámica. Su veredicto ha indignado a xenófobos furtivos, a nostálgicos del despotismo y a caciques del pensamiento. Porque olvidan, o no saben, que en democracia la ley es para todos igual.