TUtn año más los trabajadores y las trabajadoras del mundo estamos llamados a exaltar nuestra condición y nuestras reivindicaciones de libertad, igualdad, democracia y cohesión social. Millones de hombres y mujeres, portando la bandera del trabajo, pisaremos de nuevo las calles, en una jornada festiva y de acción, vigente mientras perdure la opresión, la pobreza, las desigualdades, las guerras y la falta de libertad.

En nuestro país y especialmente en Extremadura es el momento de la igualdad, el salario digno y la inversión productiva. Estamos atravesando momentos de incertidumbre y dificultad económica y ya estamos cansados que en estas situaciones, gobiernos y empresarios piensen que la única variable de ajuste sea la congelación salarial o la pérdida de poder adquisitivo. La experiencia demuestra que estas orientaciones no han servido para crear empleo de calidad y provocan una distribución más injusta de la riqueza creada. Por lo que tenemos que dar un No rotundo a continuar siendo los únicos que soportemos las consecuencias de la desaceleración económica.

Debe propiciarse un nuevo modelo productivo y ampliar las bases del patrón económico, otorgando mayor peso y más inversiones a la industria y a la tecnología, a la investigación y a la innovación que propicien desarrollo, así como al capital físico y al capital humano, reforzando las políticas formativas y corrigiendo de manera eficaz y duradera del sistema educativo en sus diversos tramos.

En aras a complementar estas políticas a medio plazo, en momentos de dificultad como los actuales, deben desarrollarse otras dirigidas más al corto plazo. Entre éstas cabría destacar todas aquellas posibles actuaciones sectoriales consensuadas con los agentes económicos y sociales, así como otras de carácter más general que incidan en potenciar la protección por desempleo, la orientación laboral a las personas en paro y la revitalización y modernización del Servicio Público de Empleo.

Como complemento de acciones a corto plazo que supongan un revulsivo importante para la creación de empleo, desde el Gobierno del Estado y los de las comunidades autónomas, deberían emprenderse actuaciones encaminadas a la puesta en marcha inmediata de los servicios de atención a la dependencia en toda su dimensión, muy retrasados aún en el desarrollo de la ley; a la escolarización del tramo de cero a tres años y a emprender una política de generalización de alquiler de viviendas.

A medio y largo plazo estas políticas públicas son más eficaces para los objetivos de desarrollo económico, de generación de empleo de calidad y de cohesión social y que la posibilidad de su puesta en marcha depende, además de la voluntad política, de la salud de las cuentas públicas. Bajo este convencimiento resulta difícil de entender que, por el contrario y sin renunciar a políticas de gastos de carácter social, desde del Gobierno y desde algunas comunidades autónomas, entre ellas Extremadura, se propicie una disminución de los ingresos públicos, por la vía de la rebaja de impuestos directos (IRPF --400 euros--, patrimonio, sucesiones y donaciones, etcétera), con la carga de injusticia añadida para las personas más desfavorecidas que esto conlleva.

Este 1.º de Mayo ha de servir también para afirmar que es precisamente en momentos como éste cuando más necesaria es la ampliación de criterios y espacios del diálogo social, como base ideológica de la eficacia de las políticas y medidas a aplicar, pero también, en línea con lo que se está avanzando aquí en Extremadura, en la idea de socializar los esfuerzos y las responsabilidades.

*Secretario General de CCOO de Extremadura.