THte conocido a un ilegal. Un ilegal pero con papeles, con muchos papeles. Dice que le gustaría vivir del cuento. Creo, sinceramente, que vale para lo que se propone.

Francisco me ha dicho en un susurro: Soy ilegal . Y me dedica el libro.

Franciso Rodríguez Criado no llega a ser maldito porque aún no tiene edad para ello, pero créanme si le auguro ese porvenir. La sensibilidad cruda y rala hoy es maldita.

En siete minutos Francisco nos puede hacer llorar, odiar, reír y querer. Relatos que no entran en el circuito de los legales (y que no lo consigan). La literatura extremeña necesitada de más mentes ilegales y, por lo tanto, de más lectores ilegales, pero, eso sí, con papeles. Con muchos papeles.

Antonio, el de la librería El Buscón de Cáceres, también es ilegal y, además, trafica (en el buen sentido de la palabra, si los lectores ponen imaginación), trafica con ellos. Este también es ilegal , y me tiende un libro de César Martín Ortiz . Son unos ilegales que me han hecho temblar de emoción. Olvidemos la publicidad y el ruido. Vamos al fondo. Vamos a buscar los sentimientos. Están naciendo los nuevos ilegales.

*Periodista