Estos días se ha recordado que hace cuarenta años de la llegada del hombre a la Luna. Las televisiones han celebrado la efemérides con programas especiales. Seguramente, ésa fue una de las primeras veces que el hombre comprobó que cualquier cosa que pudiera imaginar era posible, por difícil que pareciera. La llegada de los americanos a la Luna respondía a la necesidad de ganar la batalla espacial a los rusos, en unos momentos en los que la Guerra Fría estaba en su momento culminante: convertir la necesidad en virtud.

Después de esa hazaña, los cambios y los avances tecnológicos en la humanidad se han producido de forma más acelerada, seguramente porque a partir de ese momento no tuvimos miedo al fracaso, nos volvimos más emprendedores, más imaginativos. Comprobamos que todo lo que podíamos imaginar era posible.

Pero, es curioso: mientras en aquellos días los más escépticos sobre la llegada del hombre a la Luna, eran las personas de mayor edad, que creían que era un montaje, ahora, en uno de los programas emitidos estos días en las televisiones nacionales, los que más apoyan la tesis del montaje son los jóvenes. Algo ha cambiado en este tiempo.

Hemos avanzado mucho en los últimos años, pero cosas que a primera vista son más sencillas de resolver no hemos sido capaces de hacerles frente de forma exitosa. Somos capaces de diseñar fórmulas matemáticas, basadas en principios físicos y químicos, previamente descubiertos, que nos permiten llegar a la Luna, que nos permiten volar, que nos permiten comunicarnos por mucha que sea la distancia; pero no somos capaces de diseñar fórmulas que nos den la clave para eliminar la pobreza en el mundo o en acabar con la crisis económica actual. Quizá porque no lo hayamos imaginado o porque no lo hayamos querido imaginar.

Hace algunos años, Juan Carlos Rodríguez Ibarra puso en marcha una serie de herramientas para potenciar la imaginación, para potenciar la creatividad, para potenciar el desarrollo de esta región de mano de la imaginación: los espacios para la creación joven, el Gabinete de Iniciativa Joven y el modelo de Sociedad de la Información. Ahora que los jóvenes deben tener la mente más abierta por disponer de una ventana al mundo como Internet, por tener más oportunidades para viajar para conocer otras realidades, les toca utilizar esas herramientas para imaginar el futuro, diseñarlo y construirlo, algo que pueden hacer de forma conjunta con otros jóvenes, utilizando las redes que se crean en Internet, por la filosofía de procesos colaborativos.

Los extremeños hemos sido pioneros en muchas cosas durante años. Fuimos masivamente a América a fundar países y ciudades. Después de años de sequía, hemos sido pioneros en el desarrollo de la Sociedad de la Información, en la educación, en la sanidad, en la administración pública, en el desarrollo del software libre desde las administraciones publicas. Somos referentes en el desarrollo de las energías renovables. Ahora le toca a los jóvenes de esta región seguir poniendo banderas que marquen hitos, al igual que hicieron los americanos al llegar a la Luna.

Contamos con las herramientas para ello; una universidad que se ha ido fortaleciendo año tras año, centros tecnológicos para apoyar nuestras investigaciones, redes de telecomunicaciones que nos permiten comunicarnos velozmente y herramientas de información para dar a conocer nuestros logros. No podemos desaprovechar las herramientas que tanto ha costado crear a la sociedad de nuestra Comunidad.

Propongo que imaginemos el desarrollo social y económico de Extremadura. Imaginemos el fin de la pobreza en el mundo, imaginemos la llegada del hombre a Marte, imaginemos lo que queramos. Imaginémoslo, diseñémoslo y construyámoslo.

Ahora que vemos muchas previsiones tan negativas, no tenemos por qué resignarnos a que se cumplan. Podemos imaginar formas de superarlas, y ponernos a trabajar para que sea posible. No podemos resignarnos a que nos diseñen el futuro sin contar con nosotros. Si no nos resignamos y actuamos, somos los dueños de nuestro futuro.

Son muchos los que imaginaron: Jesús imaginó poder operar por una pequeña incisión; José Luis , activar el móvil con el iris; los del Quinto Pino, un hotel donde lo importante es reír; Yolanda , el diseño de unas puertas personalizadas; Julián , liderar la crisis; Carlos , un anillo de innovación; Juan Carlos , colegios conectados con el mundo y Guillermo , herramientas para sentir más cerca a los ciudadanos.

El autor es secretario de Innovación, Ciudadanos en Red y Universidad del PSOE y diputado en la Asamblea de Extremadura