El previsible nombramiento de Teófilo Moreno como presidente de Cetarsa ha caído como una bomba en La Vera. Aunque la mayoría se alegra de tener a un vecino al frente de la compañía tabaquera, lo cual indirectamente también repercute en los cultivadores de la zona, hay algunos que no entienden cómo Moreno puede hacerse cargo de esa sociedad y recuerdan la investigación en que se vio envuelto, junto a otros dirigentes de UPA, por el cobro de unas ayudas. Pero el juez ya dictó sentencia y fue absuelto de aquel caso, acaecido hace más de una década. Ahora lo lógico sería felicitarse porque un hombre que conoce bien el sector tabaquero lidere la compañía, máxime cuando sobre éste se ciernen negros nubarrones por el recorte de las ayudas comunitarias de aquí a muy pocos años. Más aún, si quien le propone, como es el secretario general del Ministerio de Agricultura, Fernando Moraleda , arriesga por un antiguo compañero de sindicato, es porque le considera suficientemente capacitado. Habrá que darle una oportunidad a Moreno y algo de tiempo para que demuestre sus capacidades para dirigir Cetarsa. Mientras tanto, alegrémonos de que un paisano sea el elegido para tan importante puesto a nivel nacional.