Catedrático de Economía de ESADE

Una vez más, George Bush ha señalado el camino al PP. La reducción de impuestos debe beneficiar sobre todo a los ricos. Cuanto más impuestos se quiten a los más ricos, mejor irá la economía. Porque, al fin y al cabo, los ricos tienen más gracia para mover el dinero. Quiten los impuestos a las herencias y verán cómo los afortunados herederos dedicarán todas sus ganancias a crear empleo. Esa es la teoría.

La contraprueba se encuentra en Estados Unidos, donde en dos años de reducciones de impuestos se han destruido 2,5 millones de puestos de trabajo. ¿Y qué pasará con el déficit cero? El único camino para mantener el equilibrio presupuestario, mientras se reducen los impuestos a los ricos, es reducir el gasto social a los pobres.