TEtl humo de los incendios de Portugal se ha estado viendo y oliendo con alarma en los pueblos y ciudades extremeños de la frontera. Y no procedían de la misma raya sino de zonas tan lejanas como las sierras de Coimbra, de ese patrimonio natural, preservado, mimado, de la Sierra de la Estrella, que siempre ha sido el asombro de todos los visitantes, por su feracidad, por lo que significa de pulmón verde que irradia sobre la mitad de Portugal y nos llega a nosotros, condicionando favorablemente el clima.
Ahora, todo está notablemente perdido. Por decenas de años aquello, destrozado por intereses urbanísticos y de las empresas madereras, no volverá a ser lo que ha sido. Y Portugal no tiene medios ni humanos ni materiales para hacer frente a tanta locura. Por eso, la ayuda internacional está siendo imprescindible. Lástima que siempre nos ocurra lo mismo: intentamos poner barreras de barro a los ríos desbordados.
Prevención, limpieza, cortafuegos, embalses para uso de hidroaviones, actuaciones de invierno para evitar tragedias de verano son misiones que se deben emprender y nosotros tomarlo como tarea igualmente preventiva.
*Concejal del Grupo Socialista del Ayuntamiento de Badajoz