WLw a campaña para las elecciones vascas y gallegas del día 1 de marzo alcanza la velocidad de crucero este fin de semana cuando, junto a los candidatos autonómicos, entran en liza el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del principal partido de la oposición, Mariano Rajoy. Sería, sin embargo, injusto dejarse llevar por la inercia centralista y limitar ambas convocatorias electorales a un pulso entre los dos grandes partidos estatales. Es verdad que Zapatero y Rajoy se juegan mucho el 1-M, especialmente este último, pero para los ciudadanos vascos y gallegos, que son quienes dentro de 15 días votarán, lo que se decide es algo aún más importante: quién va a ejercer en los próximos cuatro años el extraordinario nivel de autogobierno que tienen ambas comunidades autónomas.

En Euskadi se dilucida nada menos que la posibilidad de que por primera vez en 29 años haya un lendakari que no sea del Partido Nacionalista Vasco (PNV). Las encuestas señalan, por primera vez, que el sorpasso es posible, es decir, que los socialistas del PSE, con Patxi López a la cabeza, tienen posibilidades de desalojar a Ibarretxe de Ajuria Enea. Pero contra los sondeos, que todavía colocan al PNV por delante, juega esta vez la novedad de que la izquierda aberzale, los herederos de Batasuna, no pueden concurrir por primera vez a unas elecciones autonómicas. Qué van a hacer esas decenas de miles de vascos que vienen votando a fuerzas que no condenan a ETA o mantienen complicidades con la banda terrorista es una incógnita para todos, incluidos los analistas de la intención de voto. Integrantes de las listas anuladas de Demokrazia 3 Miloi (D3M) han pedido a la "gente abertzale y de izquierdas" que ni se abstenga ni emita un voto nulo, sino que dé su apoyo a esta candidatura.

Pero hay otra incógnita aún mayor, que centrará el debate en los próximos días: ¿qué hará el PSE si, como pronostica la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociólogicas, puede gobernar con el apoyo del Partido Popular.

En Galicia, en cambio, no hay dudas sobre coaliciones de gobierno. O el Partido Popular obtiene la mayoría absoluta, o los socialistas mantendrán el poder junto a los nacionalistas del BNG. Ahora bien, el desgaste que para el partido del actual presidente, Emilio Pérez Touriño, está acarreando la crisis económica puede producir un vuelco en favor del PP. Alberto Núñez Feijóo, un político hábil, que no ha dudado en desembarazarse de un candidato pillado en renuncio por un asunto fiscal, amenaza a la coalición de socialistas y nacionalistas. Aquí, más que en País Vasco, se verá si existe un efecto Rajoy, es decir, si el líder de la derecha española tiene un arrastre extra en su tierra gallega.