El domingo, 14 de diciembre, el grupo de profesionales volvíamos a encontrarnos para seguir profundizando en la vida y en los hechos que nos proporciona nuestra vida diaria de trabajo. El hecho de vida que nos centró en la reunión fue el que contó Toni , enfermera que trabaja en urgencias en el hospital, nos habló de un paciente que había ingresado tres veces desde el viernes, o sea en cuatro días. Se trata de una persona alcohólica que cuando está tumbada y perdida en la calle no saben qué hacer con ella y siempre la llevan a urgencias al hospital. Suele llegar en condiciones pésimas, lo sitúan en la sala de espera, de donde salen todos los pacientes enfermos que allí se encuentran y sus familiares porque no resisten ni la suciedad, ni el olor, ni las maneras- Los médicos no están dispuestos a verlo hasta que no esté limpio y aseado y las auxiliares de enfermería ya están hartas de lavarle y salen huyendo cuando se percatan de que allí está el de siempre. La coordinadora llama a la dirección del hospital en la última llegada y le responden que no se puede hacer nada desde allí- nadie sabe qué hacer... El paciente pedía cama caliente, lechecita y galletas-y deseaba dormir. No tiene domicilio.

A partir de este hecho comenzamos la reflexión en torno a la indigencia que hay en nuestras ciudades y en nuestras calles y nos centramos en el tema de la exclusión y el rechazo, y sobre todo, el abandono que se da en nuestra sociedad respecto a los indigentes y a aquellos que están en una pobreza severa y extrema: enfermos mentales, niños y jóvenes en zonas de marginación, alcohólicos y drogadictos, absentismo escolar, inmigrantes, presos-

XNOS DETENEMOSx en casos concretos y experiencias vividas: el 112 no acude si el sujeto no quiere aunque esté destrozado, la policía no viene si no está siendo un obstáculo en medio de la calzada o peligro público, no basta que esté tirado en una acera y degenerado, la gente pasa como si no estuviera- y la mayoría pensamos que eso le ocurre porque quiere. Ni el ayuntamiento, ni la Junta de Extremadura tienen nada gestionado para los últimos de la sociedad, excepto cuando ya los consideramos delincuentes. Los comedores y centros de acogida son privados, nacidos de la limosna de personas individuales y en instituciones de tipo religioso, especialmente eclesial. Las instituciones oficiales les ayudan con dificultad. Son muchas las reflexiones que nos ayudan a contemplar este hecho de exclusión y rechazo en nuestra sociedad, nos toca esto de los últimos y la dejadez hacia ellos porque no cuentan con activo para nada ni para nadie. No hay quien quiera apropiárselos por ningún motivo.

Recordamos cómo Jesús de Nazaret se movía entre ellos y supo leer la vida y la historia desde los últimos. Nos damos cuenta cómo él no se acercó desde el juicio, ni utilizó la vara de medir de la normalidad sino que entró en su vida y fue capaz de captar sus sufrimientos y ver su historia, detrás de cada indigente hay una historia viva que casi nadie conoce, aunque todos juzgamos. Sentimos vergüenza y la llamada y el deseo de cambiar de postura, de salir del juicio rápido y del desprecio. No estamos tan lejos de ellos, quizá hemos tenido mucha suerte en nuestra historia y todo ha favorecido nuestro bienestar y a ellos quizá su malestar. Somos ciudadanos y nos damos cuenta que a nuestros políticos les preocupa lo que nosotros valoramos y que si ellos no actúan ante los indigentes es porque la mayoría de los ciudadanos somos indiferentes ante ellos.

La reflexión nos toca la moral y vemos la necesidad de cambiar de actitud ante los indigentes: primero hemos de acercarnos y conocerlos, visitar sus barrios, hablar con ellos, no juzgarlos; segundo revisar nuestras cuotas y ayudar a los que se organizan y se preocupan de ellos (comedores, centro hermano, pastoral penitenciaria-). Vemos la importancia de conocer el informe Foessa donde están los últimos datos de la pobreza y la exclusión en España y en Extremadura. Y nace el deseo de hablarlo con la gente y de dar a conocer lo que estamos viendo y oyendo- Por eso te lo contamos.

*En representación del

Grupo de Profesionales Cristianos