Esta es una época de indultos y excarcelaciones, en la que pierde valor el cumplimiento de las condenas judiciales, en la que los que representan a los agraviados son los que promueven las salidas de los presos, en esta época, en Extremadura también tenemos nuestros casos.

¿Recuerdan ustedes el caso Feval? Algunos de los dirigentes de la institución, cogían dinero en efectivo que luego no se sabía dónde se gastaba. En concreto, el exadministrador general de Feval, Juan Francisco Cerrato, fue condenado por un delito continuado de malversación de caudales públicos a cuatro años y medio de cárcel.

Lo más llamativo de este asunto de corrupción, es que la propia institución malversada, Feval, se adhiere a la petición de indulto para su malversador. Y no lo hace solo una vez en julio de 2018, por si acaso lo vuelve a hacer en noviembre de 2018 y no contentos con ello, lo hacen una tercera vez en enero de 2019.

El consejo rector de Feval, dominado por el Partido Socialista, comunicó en esas tres ocasiones a la Audiencia provincial su adhesión a la petición de indulto de quien le expolió, porque se consideraba totalmente resarcida. Y cómo no, «negando la mayor» como siempre, la Junta de Extremadura niega rotundamente este hecho por la mañana, para luego, por la tarde, tener que rectificar reconociendo que era cierto.

Es lo que tiene que el dinero que se ha malversado sea dinero público, que en palabras de la vicepresidenta Calvo «no es de nadie», pero la realidad es que ese dinero procede de todos nosotros y, por ello, hay que ser mucho más escrupuloso en su gasto y, por supuesto, no hacer un uso privado de él, como ha sido el caso. ¡Faltaría más!

Así lo debió de entender en algún momento el presidente Vara, que pidió prohibir los indultos para los casos de corrupción y equiparar las penas a las de asesinato, pero esa opinión cambió radicalmente cuando saltaron los casos de corrupción en el PSOE, como este de Feval o el del que fue gerente de la Orquesta de Extremadura, que fue condenado a dos años de prisión por apropiación indebida de fondos públicos y solo estuvo poco más de noventa días, porque obtuvo un puesto de trabajo en el Ayuntamiento de Calamonte gobernado por el PSOE y salió de la cárcel.

Con su doble rasero, no solo se permite la corrupción socialista, sino que Vara la premia con puestos de trabajo o con peticiones de indultos.

*Ingeniera agrónoma y diputada del PP.