WEwl presidente José Luis Rodríguez Zapatero exigió ayer solemnemente al Partido Popular que deje de lanzar la mentira "insostenible, inaceptable e intolerable" de que se incumplen leyes para favorecer a los terroristas. Pidió que la oposición sea leal con el Gobierno ahora que podemos estar en el "principio del fin" de ETA. Por prudencia, no dio mas datos, pero precisó que las informaciones de que dispone el Ejecutivo que preside así lo indican. Con esa revelación de que hay más deseos y condiciones que nunca para un proceso de paz, Zapatero comunicó a la opinión pública que se activan los primeros resortes para lograr al fin de la violencia.

LA NEGOCIACION

Aunque el presidente no concretó en qué términos encarará el final del terrorismo, garantizó de nuevo que se hará de acuerdo con la resolución aprobada en el Congreso. Ello obliga a ETA a renunciar a toda forma de violencia y a no exigir a cambio contrapartidas políticas. A partir de ahí, serán imprescindibles la paciencia y la discreción del Gobierno para encarar "una tarea larga, difícil y dura". El ejemplo de la negociación británica con el IRA, invocado a menudo, que maduró en silencio, se considera ilustrativo de cómo han de desarrollarse esos procesos tan complejos y con los sentimientos a flor de piel.

SITUACION DE LOS PRESOS

De todos los temas que condicionan este horizonte, uno de los puntos mas difíciles es compaginar el respeto a las víctimas y sus familiares con las conversaciones sobre los presos etarras, la máxima preocupación de ETA al dejar las armas. Zapatero reiteró que el Gobierno no puede intervenir en el cumplimiento de las condenas, pero añadió que la lucha antiterrorista también debe servir para recuperar a los individuos. Esa idea solivianta al PP, pero coincide con lo dicho por Aznar cuando era presidente: "Si los terroristas dejan las armas, sabré ser generoso". Aquel ejercicio de realismo entonces contó con el lógico apoyo de la oposición socialista.

LA LEALTAD DEL PP

Para acabar con la violencia es necesario el concurso de todas las fuerzas políticas, y en particular del partido en la oposición. Es una anormalidad institucional que la Moncloa no comparta con Rajoy el estado de la situación. Pero hasta ahora el PP se ha ganado la desconfianza. En busca de rentabilidad electoral, se opone y manipula cualquier plan que no sea la dificultosa aniquilación policial de ETA, y eso dista mucho de la "lealtad" que ayer le reclamó Zapatero. Es preciso que el PP recapacite y rectifique para que esta compleja operación de paz salga adelante. La sociedad española lo merece.