Aunque no hubiésemos sido un pueblo emigrante, aunque no hubiésemos hecho fortuna en otras tierras, aunque no estuviésemos recibiendo hoy en día entradas de remesas, aunque no nos horrorizásemos viendo las películas del holocausto nazi, aunque no realizasen los trabajos que no queremos para nuestros hijos, aunque no estuviesen cuidando a nuestros abuelos y educando a nuestros niños, aunque no estuviesen aportando más que recibiendo prestaciones de la Seguridad Social, aunque no nos asegurasen el relevo generacional, aunque no los estuviésemos criminalizando en los medios de comunicación, aunque no elevasen el nivel cultural de la población, aunque no los estuviésemos enterrando en tumbas numeradas sin informar a sus familiares ni embajadas, aunque no hubiésemos ido primero a sus países a expoliar sus materias primas, sus empresas, sus ahorros-, aunque no estuviésemos disfrutando de sus cuerpos en prostíbulos, Verdana aunque no fuésemos a coger a sus niños cuando aquí no logramos conseguirlos, aunque no estuviesen nuestros bancos haciendo beneficio de sus comisiones, aunque no hubiésemos hecho del estrecho una fosa común, aunque todo esto no fuese así, ¡que así es!, no hay derecho al trato inhumano que están recibiendo los inmigrantes en España.

No hay derecho a que las mercancías y el capital tengan más libertad que el hombre, no hay derecho a que el ser humano pase de considerarse legal a ilegal por las exigencias del mercado, no hay derecho a la explotación del hombre por el hombre.

Porque el inmigrante es víctima y no verdugo, porque también él puede protagonizar la lucha por la justicia y la dignidad, porque la familia de Nazaret también fue emigrante y los cristianos no podemos permanecer impasibles ante esta llamada. Por todo eso y mucho más, te invitamos a unirte a las más de 30 marchas solidarias que recorreran España en estos días.

Cristina Bandín Potel **

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