TEtn tan solo 10 meses de gobierno socialista en la Junta de Extremadura hemos retrocedido más de una década en materia de mujer.

Esto que algunos podrían pensar como una frase prefabricada, es la triste realidad que conocimos el pasado jueves con los datos de la EPA. Extremadura ha alcanzado un 34,45% de paro femenino, encabezando el ránking a nivel nacional, algo que no ocurría desde hace 12 años. La consecuencia son 800 mujeres más en paro y 2.500 ocupadas menos.

Tenemos más paradas, menos autónomas y menos incentivos para la contratación y la incorporación de las mujeres al mercado laboral. Son datos que nos alejan aún más de la media nacional, que nos hacen divergir y nos hacen aún más desiguales. El paro sigue teniendo rostro de mujer y los avances experimentados en los últimos cuatro años en materia de autoempleo se están convirtiendo en retrocesos.

Y no solo el empleo es motivo de preocupación. Lo son también las políticas de igualdad y contra la violencia de género. Preocupa comprobar cómo pretendían recortar al 50% las ayudas económicas a las víctimas. Escandaliza ver cómo tras diez meses las mujeres más vulnerables de la provincia de Cáceres no tienen asistencia y asesoramiento jurídico por la inacción de la titular del IMEx.Y no hay adjetivo que describa mi sentir al recibir una carta denuncia por las presuntas actitudes, formas y trato de la directora del IMEx hacia los profesionales que cada día se esfuerzan con su trabajo.

Esta semana comprobamos la mentira en sede parlamentaria de la directora del IMEx, al verse obligada a reconocer la inexistencia de un convenio de asistencia y asesoramiento a mujeres víctimas de violencia de género, cuando hace tan sólo un mes, a pregunta de este grupo parlamentario, afirmaba que sí existía ante nuestra incredulidad.

La que fue vendida en campaña como "legislatura de la igualdad" por el presidente del gobierno de la Junta de Extremadura no puede pretender serlo por una paridad en los nombramientos, sino por una paridad de derechos y garantías entre mujeres y hombres, y en especial con las mujeres más vulnerables, que necesitan el máximo apoyo de la Administración y que hoy rotundamente no lo tienen.