Escritor

AAnselmo no le pasó lo que a Mario Vargas Llosa después de leer Todas putas , sino que le sucedió todo lo contrario. Después de años fecundos en que su santa esposa y mártir estaba en una hornacina en su casa, descubrió, o el relato le descubrió, una maldad que para él hasta ese momento era desconocida. La esposa, dentro de un proceso lento pero imparable de devastación marital, lo maltrataba con frases capciosas y de dudoso gusto sobre su pelo ya ralo, sobre sus andares patizambos, que cuando novio llegó a asegurarle que eran andares de osito precioso, para a renglón seguido llamarlo osito mío; sobre él caían los denuestos más feroces de su suegra, que lo llamaba desalmado por no servirle el agua con delicadeza. Al mismo tiempo comenzó a sentir en su pituitaria cierto tufillo a perejil cruzado de ajo como consecuencia de una ensalada que inmediatamente de casados le pareció el manjar más exquisito del paraíso, pero sin saber por qué, el olorcillo que tiempo ha le erotizaba tanto hasta idealizar a su esposa con Ivonne de Carlo, que hacía todas las películas eróticas de la época tras la II Guerra Mundial, ahora le parecía un matarratas infame y verdulero de la peor estofa. Aquella mirada dulce de ella, ahora se le tornaba diabólica... Aquellas piernas torneadas hoy se le cruzaban de hilos azules, con unas varices tan llamativas, que ella se lo echaba en cara a él por haberla preñado del hijo que tenían en Kabul, haciendo cosas buenas para España, la humanidad entera, y Aznar y Arenas Bocanegra.

Ante los instintos que en manadero desconocido se le aparecían, decidió hacer footing diario, y si al salir de casa se decía, cuando vuelva la mato, al volver, este instinto se le amuermaba bastante y lograba así pasar de ser considerado una bestia sin alma. Tuvo un momento débil de ir por gasolina, y hasta de echarle Orión como si fuera una mosca, pero gracias a que en los Maristas hiciera los nueve primeros viernes de mes, todos esos instintos se los retenía la Virgen María de los Desamparados.

Todo esto duró hasta que Anselmo se presentó a la San Silvestre Vallecana y ganó, y hoy el universo tiene un campeón del mundo olímpico.