Max Estrella tenía el honor de no ser académico, sillón que sí calienta con menos mérito pero más apego por la fama y la pasta Pérez Reverte . Claro que Max no es como el flamante triunfador que nos ocupa sino solo un personaje literario, trasunto de Alejandro Sawa, un fracasado en toda regla. Su creador, Ramón del Valle Inclán , probablemente el mayor genio literario del siglo XX español, tampoco alcanzó tal dignidad. Ni Umbral , uno de nuestros prosistas más brillantes --sin escribir un ladrillo como El asedio -- quien sin duda la anhelaba y por eso repitió despechado aquello de "están verdes las uvas".

No tengo nada en contra de los académicos, --Delibes lo fue y otros grandes señores de las letras castellanas a las que amo--. Además me faltan la audacia y el talento iconoclasta del 27 que, por mostrar su menosprecio, orinó al unísono en las paredes de la Ilustre Casa. Tampoco censuro a las madres que corrigen a sus hijos aunque fastidien algunas maltratadoras históricas como la despiadada y machista madre de Boabdil: "Llora como mujer lo que no has sabido defender como hombre". No cuentan las crónicas que al final rematara: "¡Ni para irte tienes huevos, pedazo de mierda!", porque al fin y al cabo la buena señora solo era reina mora, no académica.

Para eso ha tenido que llegar don Arturo , el que va a todas partes lloradito porque es más macho que el gimplón del Cid, quien partió al destierro "De los sus ojos tan fuertemente llorando", en palabras del juglar. Emulo de la cólera de Aquiles, el intelectual de moda inventa el insulto definitivo. ¡Ya me dirán ustedes si no es prodigioso motejar a un llorica como Moratinos de excremento! Don Arturo, que se ha leído todo, desde Homero a Bukowski , bucea en revolucionarias fuentes de inspiración. La última es la niña precoz que escribió en la pizarra aquella profunda cita: "Caca, culo, pedo, pis, Manolita no se rinde". El exministro sensible tendrá que consolarse con Bécquer : "No te avergüences- Llora. Ya ves, yo soy un hombre y también lloro". ¡Poeta de mierda!