WEws sabido que el tabaquismo es la principal causa muerte evitable en el mundo. En Extremadura, cada día 5 personas mueren por enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco y a la sanidad pública le cuesta cada fumador una media de 330 euros anuales. Pero frente a estos datos, el debate sobre este asunto se dirime entre el interés y la ética, entre un problema sanitario y las consecuencias económicas y sociales de su erradicación, sobre todo en una comunidad como Extremadura que mueve el 85% de la producción nacional y de la que viven cerca de 20.000 familias.

Pero frente a este debate, hay otros ámbitos a los que trasladar la necesidad de buscar soluciones urgentes. Que una encuesta del Servicio Extremeño de Salud nos advierta que el 32,8% de los extremeños de entre 14 y 18 años dice haber fumado de en el último mes, y que la edad en el inicio al consumo haya bajado en los últimos años, debe hacer valorar a los poderes públicos que tan importante como buscar soluciones económicas para las zonas productoras es diseñar un plan de acción para evitar la incorporación de nuevas personas al hábito de fumar. En Extremadura, el tabaquismo le cuesta cada año a la sanidad 90 millones de euros, el mismo presupuesto que cuesta hacer cuatro hospitales.