El Depor se juega hoy el pase a la final de la Champions League. Hay mucha expectación en toda España por el partido, pero la retransmisión televisada se reserva para los abonados a un canal de pago. En aplicación de la llamada ley del fútbol de 1997, uno de los dos partidos de esta semifinal debía emitirse en abierto por su condición de evento de interés general, y se retransmitió el primero. Pero mucha gente está frustrada por no tener libre acceso al encuentro decisivo de vuelta.

Hay que entender que el nivel de gastos de las principales competiciones deportivas, en especial de las grandes ligas de fútbol, sería insostenible sin el dinero de la televisión. Y la rentabilidad de esa inversión millonaria, sin la cual la Liga española no podría permitirse a los Ronaldinho o Zidane, sólo acabará siendo posible con suficientes ingresos por la visión pagada de encuentros atractivos para el público. Pero no podemos olvidar el concepto del interés general, manipulado en su día para una intervención política en el sector de los medios de comunicación, pero que tendría lógica un día como hoy, en que el fútbol representativo de nuestro país atrae el interés de todo tipo de públicos, incluso los que tienen difícil acceder a la televisión de pago.