A los españoles les preocupa el terrorismo. Lo dicen todas las encuestas, lo confirma el CIS, lo acredita la atención que le prestan al intenso debate político y mediático de los últimos meses, ocupado casi exclusivamente en las consecuencias de la violencia. Y lo demostraron el martes, los ciudadanos que interrogaron al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero , en el programa de TVE Tengo una pregunta para usted . Esto es así, aunque la situación objetiva sea mejor que nunca antes en los 40 años de actividad terrorista en nuestro país. Ante la evidencia de su papel central en la agenda y con las acusaciones de grueso calibre que todos los días cruzan los telediarios, la información es el único antídoto conocido contra la demagogia y el tremendismo. Y el Gobierno debe saber que informar a la ciudadanía no es sólo dar datos y recordar que cumple la ley en materia antiterrorista. Justamente en este tema, lo que quizás no se puedan ofrecer son muchos datos. Pero sí discurso, contexto, colocar las acciones y omisiones de la Administración en un marco que las haga comprensibles para los ciudadanos. Que les dé seguridad. Si no, quedarán a merced de la interpretación más fácil o la más estrambótica.

Pero a los ciudadanos les preocupan muchas otras cosas además del terrorismo. Se vio también en las preguntas que dirigieron al presidente Zapatero en TVE. Hay quien ha juzgado peyorativamente esas otras preguntas sobre vivienda, sanidad, precariedad laboral, protección de menores, inmigración, discapacidad, poder adquisitivo, el abandono de los pueblos o el precio del café desde que tenemos el euro. Dicen que derivaron la entrevista hacia el que hay de lo mío . Pues claro. La política era aquello que se ocupaba de transformar lo mío y lo tuyo y lo de todos. Los ciudadanos no están en ninguna estrategia electoral ni política. De algunos grandes principios se ocupan cada cuatro años y de otros un par de veces en la vida. Mientras, tienen la costumbre de vivir todos los días. Y a veces parece que los políticos y los periodistas no caemos en la cuenta.