Desde que el día 1 de junio se hiciera efectiva la moción de censura a Mariano Rajoy, han pasado ocho meses. Un tiempo que, aun siendo breve si lo comparamos con lo que supone una legislatura completa, ha supuesto para España un cambio trascendental. Así nos lo están anunciando los indicadores más relevantes, como el hecho de que ya contamos con más parados que antes de perpetrarse la moción de censura.

Nuevamente un presidente socialista vuelve a frenar la economía española. En esta ocasión, en un tiempo récord, el señor Pedro Sánchez ha conseguido que una economía que inspiraba confianza y que creaba empleo, destruya un 73% más de empresas y que la inversión extranjera, posiblemente provocada por la inseguridad de las políticas socialista, caiga en 13.000 millones de euros.

Mucho me temo que esta situación empeore si Pedro Sánchez logra modificar una reforma laboral que, no olvidemos, consiguió evitar el rescate de nuestro país y supuso que España fuera el país que más crecía y que más empleo creaba de toda la zona euro.

Este escenario, que preocupa y mucho, podríamos extrapolarlo perfectamente a Extremadura. José Antonio Monago dejó una Extremadura que lideraba el crecimiento.

Sin embargo, actualmente, Extremadura es la comunidad autónoma con una de las tasas de desempleo más elevadas, siendo la más alta en paro juvenil y femenino.

Una tierra que cuenta con el deprimente honor de tener la tasa más alta de pobreza, cifra que jamás se alcanzó ni durante la etapa más dura de crisis económica.

Esta grave situación por la que está pasando Extremadura ha empeorado durante los ocho meses de gobierno de Sánchez. El señor Fernández Vara, mientras gobernaba Rajoy, pedía y exigía para Extremadura, pero desde que Sánchez está en la Moncloa, parece que el presidente extremeño considere que ya se le han solucionado todos los problemas que tan insistentemente reivindicaba a Rajoy.

Por poner un ejemplo, ha pasado de solicitar a Rajoy 460 millones de euros para un plan extraordinario de empleo para Extremadura, a aceptar sin reproches un proyecto de presupuestos que aportaba cero euros para planes de empleo.

Esta tierra no puede permitirse un presidente preocupado solo por los intereses de su partido y que demuestra no tener las agallas para exigir en Madrid las demandas de los extremeños.